El carnaval de Almadén como evento turístico potenciador de la economía local
Las ferias y fiestas en los pueblos son motivo general de alegría para la economía local. Sean romerías, santos locales, Semana Santa, eventos concretos… generan un gran movimiento de gente hacia los pueblos y aumentan las actividades, públicas o privadas, para llevar a cabo.
Estas, por inercia social, hacen que la economía local disfrute de brotes verdes, por dos motivos principales:
- A las localidades llegan gran cantidad de visitantes, sean emigrantes o foráneos, que inyectan dinero en la economía local.
- Los propios vecinos se animan a salir ante el aumento de actividades, la sucesión de eventos y la presencia de más gente en la localidad.
Quizás los dos periodos más reconocidos de este aumento económico con motivo de festividades, sean la Semana Santa y las Ferias y Fiestas locales de julio. Pero hoy venimos a poner en valor y hablar sobre otro que quizás no sea valorado en la misma forma, el Carnaval de Almadén.
Para los que no conozcan este evento en concreto vamos a contarles algunos detalles, pero, sobre todo los invitamos a que vengan a vivirlo en persona.
El Carnaval de Almadén, una fiesta con mucha historia y tradición
El Carnaval de Almadén fue declarado Fiesta de Interés Turístico Regional en 2009 y destaca por la gran pasión con la que se vive en la localidad. Normalmente se celebra en febrero, aunque a veces llega hasta marzo, y desde un primer viernes que arranca con el carnaval infantil, hasta el sábado de piñata de 8 días después, la localidad se vuelca con un gran número de actividades. El día grande es, sin duda, el domingo de concurso, momento para el cual las muy diversas agrupaciones que participan se preparan durante meses. Durante un desfile inicial más de 500 personas desfilan y muestran sus trajes y coreografías para, a continuación, subirse a un escenario a mostrar su repertorio.
Una vez pasado este domingo, continua una semana llena de actividades: concursos para todas las edades en categorías de trajes, actuaciones, el popular entierro de la sardina…hasta que llega el Sábado de Piñata en el que todas las agrupaciones vuelven a desfilar y actuar con nuevas letras sobre lo ocurrido durante la semana de carnaval.
El arte de hacer mucho con poco, y que además quede bonito
Todo este proceso, que al lector le habrá ocupado poco en leer, en verdad requiere de meses de esfuerzo, planificación e inversión de esas más de 500 personas que comentábamos antes.
Por lo general todo el proceso arranca a finales de verano del año anterior, cuando las primeras reuniones dan forma a la idea o traje que se quiera lucir en la edición del siguiente año. En ese momento inicial se produce el primer gran desembolso para las agrupaciones en forma de telas para los trajes. Al ser una inversión tan grande se suele mirar y remirar mucho las calidades, precios, estética…para que se amolde tanto al presupuesto de la agrupación, como al estilo que se pretende conseguir.
Cuando llegan estas, se les encarga a modistas de la zona el corte para que, un tiempo después, cada miembro de la agrupación tenga su propio traje cortado. Esta inversión también suele ser alta y varía mucho de edición en edición. Dependiendo de las telas, la complejidad del patrón y el número de integrantes el importe puede variar, pero es fácil que este desembolso ronde los 600€ de media por agrupación.
Una vez cada integrante ha recogido sus telas cortadas es responsabilidad suya, y no de la agrupación, buscar una costurera que se encargue de la confección del traje a su medida. De nuevo, el coste de este paso depende de la complejidad, pero es fácil que la cifra oscile desde los 50€ a los 150€ por traje.
Volviendo a los gastos que sí abona la agrupación, podemos encontrar muchos otros que, dependiendo de cada año, varían en importe. Los complementos de cada traje, por ejemplo, son otro importante desembolso.
Desde un simple palo de madera de unos 90 cm de altura y pintado en negro que haga de bastón hasta unas complejas alas llenas de plumas, las agrupaciones suelen gastar una gran cantidad de dinero en estos complementos: bolsos, botas, botones, cintas, gomas, sombreros, colgantes y adornos del traje, atrezo… suele llevarse una importante parte del presupuesto. No solo por el valor en sí de cada unidad, sino por la gran cantidad de integrantes de cada agrupación. Un simple y económico complemento, que cueste 4€ al multiplicarse por 30 integrantes se convierte en un desembolso de 120€ ¡para un único complemento!
A esto hay que sumarle que, normalmente, hay que unir muchos de estos complementos a los trajes mediante manualidades. Así, por ejemplo, para empedrar, un vestido con pequeñas piedrecitas serán necesarias pistolas y muuuuuchas barras por vestido de silicona caliente. Este proceso de manualidades en los trajes es constante y se lleva mucho presupuesto y tiempo de las agrupaciones durante los meses previos al carnaval.
Otro importante gasto viene dado por el atrezo general que lleva cada agrupación. Este tiene que ver con la temática general y varía mucho, pero se pueden incluir aquí diversas mesas que se vistan para el pasacalle, la obligatoria pancarta, la decoración de los coches de las comparsas, atrezo que se arroje durante el desfile (papel, humo, regalos relacionados con la temática del traje…).
En este apartado las carrozas destacan especialmente al llevar enormes vehículos que requieren de cantidades ingentes de material para vestirlas: sea Goma Eva, pintura, telas, mobiliario o cualquier otro, el simple tamaño de cada carroza hace que este desembolso sobrepase con creces a otros.
Una vez que llega enero se produce otro momento de gasto que ahora depende de la economía propia de cada carnavalero, y que, por lo general, de otro modo no se produciría. Al empezar los ensayos, principalmente los fines de semanas, es común que la agrupación o buena parte de ella, se quede en los locales de ensayo a comer o cenar, encargando en los establecimientos de hostelería de la localidad la comida. Una vez terminado el descanso pueden volver rápidamente a los ensayos y preparativos.
Además, durante estos meses de enero y febrero previos al carnaval se produce otro fenómeno curioso y, por otro lado, lógico. Muchos de los integrantes de carnaval son jóvenes o adultos que estudian o trabajan fuera de la localidad. Esto motiva un constante ir y venir durante los fines de semanas previos para poder ensayar canciones, bailes, colaborar en todo el proceso creativo y de fabricación…que inyecta directamente dinero a la economía local en forma de repostajes de gasolina, gastos en comercios y restaurantes locales y que haya más gente en el pueblo de lo habitual.
Poco antes de Carnaval se produce otro importante desembolso en forma de compra de bebida y comida para los días que se aproximan. Este apartado es difícil de cuantificar, pero con una media de más de 30 personas por agrupación y llegando una semana entera de disfrute es fácil estimar que el desembolso en esta partida es bastante alto.
Igualmente, antes de carnaval las imprentas y empresas de marketing locales se ven beneficiadas del diseño e impresión de distintos materiales que se postularán durante el carnaval: letras en forma de libros o papeletas, chapas, pulseras… dejándose cada agrupación cientos de euros en esta partida.
Durante la fiesta en sí se produce otro importante desembolso por parte de los miembros de la agrupación, o de esta en sí, dependiendo de la política de gastos de cada agrupación. Y es que por lo general durante la semana de carnaval, las agrupaciones visitan los bares o encargan comida o cena en los distintos restaurantes de la localidad.
Un impacto económico y social de incalculable valor
Haciendo un resumen de todo el proceso, es fácil que el impacto del Carnaval durante los meses de enero y febrero se pueda cuantificar en varias decenas de miles de euros por parte de las agrupaciones. Cada agrupación, normalmente de entre 20 y 50 personas, maneja presupuestos que varían entre los 4 y 8 mil€. Parte de este presupuesto se destina a gastos que se tienen que realizar a la fuerza en comercios exteriores, pero la gran mayoría se queda en la economía local.
Por último, también podemos mencionar el enorme impacto que tiene el carnaval en la economía local por parte de las personas que no pertenecen a ninguna agrupación y que, por lo general, contribuyen a la fiesta saliendo a celebrar y festejar en las calles y bares de la localidad con los carnavaleros durante las numerosas actuaciones y eventos que se celebran durante los diez días que dura este evento.
Potenciar el Carnaval de Almadén para que se convierta en una fiesta de más calado turístico y cultural, apostando por un mayor retorno a la economía local y que cada edición tenga más alcance y relevancia es una labor a llevar a cabo entre el Ayuntamiento, agrupaciones y empresas relacionadas con el Carnaval.
Además, cada persona, aunque no esté directa o indirectamente relacionada con el carnaval, puede contribuir significativamente a mejorarlo. Cada papeleta, chapa, pulsera…que se compra van, en gran parte como hemos visto, a la economía local y ayudan con ello a que se mantenga un evento que aporta un increíble valor al pueblo de Almadén.
Eduardo Manuel García
