Se trata del que durante siglos fue el único puente que servía para transitar por el rio Agudo durante todo el año, independientemente del caudal del rio.
Las primeras referencias a esta construcción datan del Catastro de Ensenada en 1752, al nombrarse indirectamente por ser necesario la reparación del molino de la Puente. Ya en 1848 si aparece descrito, contando entonces con cinco ojos y una altura sobre el rio de seis o siete varas.
Actualmente cuenta con cuatro ojos, siendo bastante probable que el quinto fuese derribado durante una crecida. Da fe de esto la parte oeste del puente, en la que se aprecia claramente una construcción posterior a la original.
En sus alrededores podemos observar un curioso paisaje a base de formaciones rocosas de pizarra que el rio ha excavado. Existen igualmente en el cauce del rio distintos restos que dan fe de la existencia de molinos.