La Plaza de Toros Hexagonal de Almadén es un monumento Bien de Interés Cultural y declarada, junto a otros edificios y lugares de la localidad, Patrimonio de la Humanidad en 2012.
Construida entre 1752 y 1754, esta plaza presenta una forma hexagonal y dos plantas de altura, compuesta por 24 viviendas que rodean el coso taurino en su patio interior.
Declarada Bien de Interés Cultural en 1979 y parte de la Unión de Plazas de Toros Históricas desde 2001, la plaza tiene una rica historia vinculada a la actividad minera de Almadén. Inicialmente, fue construida por el superintendente D. Francisco Villegas para generar empleo a los mineros y recaudar fondos para el Real Hospital de Mineros de San Rafael mediante festejos taurinos y el arrendamiento de las 24 viviendas.
La Plaza de Toros de Almadén, con capacidad para 2,000 personas, es única por su forma hexagonal y su conexión con el patrimonio minero. Además, alberga el Hotel Plaza de Toros (actualmente en reformas), la Oficina de Turismo y Punto de Información Turística, el Museo Taurino y una sala de usos múltiples.
A lo largo de su historia, la plaza ha desempeñado un papel crucial en la vida local, siendo lugar de importantes hitos como consecuencia de su construcción con fines no no solamente taurinos. Por ejemplo, albergando corridas de toros entre 1754 y 1759, incluso cuando fueron prohibidas en otras partes de España, para ayudar así a la construcción del Real Hospital de Minero de San Rafael.
Más recientemente la Plaza de Toros de Almadén se ha convertido en un punto de encuentro para tod@s los vecinos al ser lugar de celebración de múltiples eventos no solamente taurinos: cines, teatros, exposiciones, carnavales, inauguraciones y actos públicos, bodas…han hecho que la Plaza de Toros adquiera un carácter único y sea un lugar exclusivo en el mundo donde celebrar cualquier tipo de actividad.
Este emblemático monumento, rehabilitado en 1999 y reabierto en 2004, es actualmente una plaza de tercera categoría y cuenta con toques de clarín propios, incluyendo el de la muerte. Su relevancia histórica, arquitectónica y cultural la convierte en un punto destacado en el patrimonio de Almadén y España.