El estudio de los pozos exteriores e interiores de nuestra mina que van a leer a continuación es el resultado de una idea surgida a raíz de una conversación entre sus autores sobre la cantidad de pozos exteriores de la mina que pudieron llegar a existir. Conforme se investigaba sobre ello fueron apareciendo distintos datos que nos llevaron a ampliar el artículo para incluir la situación interior de la mina tal y como está representada en el Plano de Larrañaga de febrero de 1792.
Hemos decidido dividir en 2 partes el resultado final para facilitar su lectura y entender que son 2 temas distintos.
PARTE I
POZOS EXTERIORES DE LAS MINAS DE AZOGUE DE ALMADÉN.
Cuando bajas al interior de la mina, lo haces por el Pozo de San Teodoro, que te lleva hasta la primera planta, a unos cincuenta metros de profundidad. Esto es bien sabido por todos nosotros, al igual que los datos que tanto hemos oído: Que la mina tiene 19 plantas que van correlativas de la 1 a la 15 y se separan cada 25 metros, y que a partir de ahí son impares, separadas cada 50 metros y son cuatro: la 17, la 19, la 21 y la 23.
Al ser la disposición de las capas de mineral casi vertical, para su extracción hubo que recurrir a diferentes pozos.
SAN MIGUEL
El pozo de San Miguel se comenzó a excavar en el siglo XVIII, y fue profusamente utilizado porque se construyó muy versátil: no solo tenía su torno en madera para subida de mineral y bajada de operarios o herramientas, sino que también tenía su prensa para quebrantar después el mineral extraído. Pero debido a lo cercano que estaba a las casas, ya que fue construido justamente entre ellas, hubo de cerrarse en el 1955. Once años después se ahondó para convertirlo en la ventilación de esta parte de la explotación, de manera que llegase hasta la famosa planta 19, a unos 500 metros de profundidad. En invierno, la circulación natural del aire hacía que éste entrase por otro de los pozos, San Teodoro, y saliera por San Miguel. Pero en verano esa ventilación natural se mostraba insuficiente, por lo que se dotó a S. Miguel de un sistema de ventilador aspirante.
SAN AQUILINO
En el Cerco, el primero fue San Aquilino, datado en 1543; (en un principio se le llamaba El Torno de la Grúa). Era el pozo general de extracción, en torno al cual se edificaron el resto de las construcciones necesarias en el Cerco, tales como la casa del contador, la superintendencia, la capilla, y unos pozos auxiliares, así como, retrocediendo en el tiempo, la casa que encerraba la máquina eléctrica con la que operaba. Su longitud total alcanzó los 378 m. y llegaba hasta la planta 14. Este pozo estuvo usándose hasta los años 60, en que fue cerrado debido a un gravísimo accidente y sustituido por San Teodoro. El Cerco de San Aquilino pasó, entonces, a ser conocido como Cerco de San Teodoro.
SAN JOAQUIN
El pozo de San Joaquín fue excavado en 1961 con 716 m. de profundidad, llegando hasta la planta 19. Fue nuevamente remodelado en el año 1975. Su instalación de extracción es la más moderna, incluyendo un skip, (el skip es un cajón abierto por arriba, con una compuerta en su parte inferior, que solo se puede utilizar para el transporte de mineral) de varios metros cúbicos de capacidad. Durante un tiempo sustituyó a San Teodoro.
SAN TEODORO
San Teodoro (excavado en 1757, a raíz de la remodelación que hubo que hacer tras el grave incendio, que hizo abandonar unos hurtos y explorar otros, fue el principal desde unos años antes del cierre de San Aquilino hasta la excavación del de San Joaquín). Posteriormente tuvo tal importancia que llegó a dar nombre al Cerco de Metalurgia. Destacamos que fue el primero que utilizó una máquina de vapor para proceder al desagüe de la mina. En un principio no era tan profundo, pues se hizo en el siglo XVIII y su funcionamiento dependía de la fuerza del malacate de caballerías que lo accionaba, aunque fue ampliándose con el tiempo según fue siendo necesario y lo permitieron los avances tecnológicos, siendo dotado de un malacate metálico impulsado por electricidad en 1920, y posteriormente, ya en 1962, alcanzó los 522 metros (la planta 19), cuando se reforzó con hormigón y se le aplicaron dos jaulas metálicas que llegaban a permitir sacar hasta 50 toneladas de material cada hora, con lo que terminó por ser el pozo principal. En superficie vemos una colosal construcción, de algo más de 30 metros, que guarda su castillete.
OTROS POZOS
San Andrés estuvo sobre la Mina del Castillo y se excavó en 1697, su malacate de caballerías en el baritel del mismo nombre es de sobra conocido por todos. A mediados del siglo XVIII se le dota de un sistema de compartimento de escalas, lo cual aumentó la seguridad de los mineros, al dividir el espacio en dos, uno para el transporte de materiales y otro para la subida y bajada de los mineros, que ya no habían de hacerlo en las cestas.
San Antonio fue un pozo excavado en 1697 cerca del Castillo de Retamar, donde se descubrió entonces un filón que se explotó por medio de la galería llamada Concepción, y donde a partir de 1703 se extrajo cinabrio de gran calidad.
San Juan Nepomuceno, torno que se abría en lo que actualmente son las escaleras de acceso a la Iglesia de San Juan.
Castro (que comunicaba directamente con el exterior y se usaba para el transporte de los materiales necesarios), San Ignacio el grande, San Carlos, Santo Domingo, Torno de santa Bárbara, San Francisco, o San Nicolás son algunos de los nombres de otros pozos menores que fueron siendo excavados, utilizados y finalmente abandonados a medida que se avanzaba en las explotaciones.
Por Sonmar.