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Al destacar el día 4 de febrero de 1999 en Almadén, para casi todos los almadenenses no se sabe el motivo. En cambio es una fecha trágica para la historia de Almadén, ya que perdimos uno de los inmuebles emblemáticos dentro del Patrimonio Histórico-Artístico de nuestro pueblo.

Me estoy refiriendo al conocido en Almadén como “cine de abajo”, el cual se situaba en la esquina entre las calles Jacinto Benavente (Gradillas) y de los Mineros. Fue construido en 1782.

En el año 1900 Jose María Pontes en su libro “La Antigua ciudad de Sisapón” habla de la “reciente construcción de dicho teatro, al cual trata de incómodo el acceso a la sala por no haber más que una subida estrecha. En cambio se ventila bien por los balcones que dan a la calle. Allí pudo ver los trabajos de Madame Anguinet.”

Se reinaugura en 1902, fecha indicada en el arco de forja que coronaba la puerta principal. A partir de aquí se van a ir sucediendo diversas empresas.

Con planta en forma de L se disponía su sala principal a lo largo del primer piso de tres viviendas particulares. Constaba de vestíbulo, bar, camerinos, escenario, sala de recepción, servicios, vivienda para el conserje, sala de calderas, etc.

Desde una gran portada exterior se accedía a un pequeño zaguán distribuidor, a la izquierda la rampa que daba acceso a la parte superior, a la derecha se situaba la vivienda del conserje y al frente desembocaba en un gran vestíbulo donde se situaba el bar, una escalera para el acceso a camerinos, la entrada a la sala principal y un acceso a la rampa anterior.

Al acceder a la sala principal, se situaba el escenario a la derecha, delante del mismo, el espacio para la orquesta, la luneta o patio de butacas, dividido en cuatro por medio de dos pasillos y flanqueado por diez palcos. En la parte trasera se disponían algunos palcos, que más tarde desaparecieron, y el anfiteatro sobre ellos. En toda la parte superior rodeaba la sala una cavea con tres gradas (gallinero) sustentado por columnas de hierro fundido. El techo con forma de artesa constaba de tirantes vistos, cadenas, pintado de azul y ornamentado con motivos vegetales y geométricos policromados.

De madera el solado, las butacas y los barandales de separación de palcos y anfiteatro. La ornamentación general consistía en motivos dorados sobre fondo blanco.

Dentro del escenario se situaba en el centro la concha del apuntador y, a ambos lados y en la parte superior, se situaban dos balconadas con barandal de madera para el manejo de telones y decorados. Desde el escenario se accedía a 1 pasillo lateral donde se situaban los camerinos y una habitación de recepción para artistas e invitados, el cual estaba comunicado con un palco delantero reservado para el dueño del teatro. Constaba el escenario de tres telones actualmente desaparecidos. Uno fechado en 1929, otro de ellos, estaba decorado con anuncios publicitarios. Por último, la sala de máquinas se situaba en un sótano bajo el vestíbulo.

Este recinto constaba también de un gran patio interior, donde algún día sirvió de teatro de verano. La fachada principal estaba enfoscada y encalada, mientras que su

fachada lateral simplemente estaba enfoscada y con decoración de incisiones. Destacaba los azulejos situados en la cornisa de la portada principal donde se leía “TEATRO”.

En el año 1902 sufre una gran remodelación y transformación llevada a cabo por los hermanos Españoles, D. Cándido y D. Pedro, propietarios del inmueble, hasta que en 1915, aproximadamente, pasa la propiedad del inmueble a D. Enrique Gargantiel. En la década de los 30 lo alquila a la empresa de los hermanos Ferrera. Dichos hermanos adquieren un proyector que lo estrenan en el cine de verano situado en lo que actualmente ocupan la residencia de ancianos y el hogar del pensionista en la Avenida de España, los cuales arriendan el teatro por continuar la proyección de cine en temporada de invierno. Una anécdota curiosa fue el estreno de dicho cine con la película “Vampiresa 1936” que al no llegar en el día anunciada la sustituyeron por “Madre Querida”. El público asistente al percibir el cambio retiró sus billetes en la taquilla entrando solamente 6 personas, las cuales quedaron tan encantadas que al día siguiente se vendieron todas las localidades. Este suceso ocurrió unos días antes de estallar la Guerra Civil Española. Al finalizar la guerra, el llamado Teatro Moderno, que desde su construcción así lo demostraban las iniciales que se situaban en una pintura mural sobre el dintel del escenario, pasa a llamarse Teatro Nacional, aunque popularmente se conocerá como Teatro Ferrera.

Durante la década de los 40 y 50, años con mayor esplendor del teatro, pasan por él los mejores éxitos de películas, cantantes y revistas, incluso la Masa Coral de Mineros de Almadén. Aplausos, éxitos: películas mejicanas de Jorge Negrete, el “Último cuplé” de Sara Montiel se estuvo proyectando durante una semana en tres sesiones diarias y agotándose las entradas. Cantantes como Angelillo, Manolo Escobar, Juanito Valderrama y Dolores Abril, Perlita de Huelva, Marifé de Triana. Actores como Carlos Larrañaga, incluso viviendo aquí en Almadén y la Masa Coral de Mineros con fabulosas actuaciones como la del 4 de enero de 1944, tras su disolución durante la Guerra Civil, hace su presentación de nuevo en este teatro. Tuvieron que realizar dos sesiones ante el éxito obtenido y comprometiéndose incluso a realizar otro concierto. Durante los días 28 y 30 de mayo de este mismo año con motivo de las Ferias y Fiestas de nuestra localidad, realizan otra actuación apareciendo ante el público con los carburos encendidos y vestidos con el mono azul, el casco y cantando la famosa “Canción de Mina”.

Hacia el año 1957 aproximadamente, se trajeron a España dos proyectores de cine procedentes de Holanda con objetivo y lente especial. Uno se instaló en Madrid y el otro lo adquirió la empresa Ferrera para tal teatro.

En 1969 tras la empresa Ferrera pasa a la empresa de los hermanos Escobar-Murillo, los cuales siguen en la misma línea que los Ferrera: cine, cantantes como Rafael Farina, Perlita de Huelva y sobre todo gran número de revistas: una de las más recordadas fue la titulada “Faldas arriba, bragas abajo”, creando gran polémica. En el año 1980 se realiza un concurso de Villancicos, compitiendo gran número de grupos de nuestra localidad, como por ejemplo “Sarmiento”, entre otros muchos.

Hacia 1985 y, tras la empresa Escobar-Murillo, lo adquieren la familia Dorado Botija, los cuales no llegaron a abrirlo al público, trasladando el cine a la Plaza de Toros. Desde esta fecha hasta su demolición sufrió las consecuencias del abandono, desplomándose el tejado del vestíbulo, mientras que el resto estaba en buenas condiciones.

Dentro del personal empleado para el funcionamiento completo del teatro, estaban el taquillero, el acomodador, un portero, dos operadores y un conserje, con alguna variedad dependiendo de las épocas. Con respecto al precio de las entradas al cine variaron desde media peseta hacia los años 40 hasta 250 pesetas por los años 80.

Ya por último quisiera dar mi más sincero agradecimiento a las numerosas personas que directa o indirectamente han hecho posible la realización de este artículo ya que, principalmente, me he remitido a recopilar testimonios orales, agradeciendo también a todo aquel que pueda seguir facilitándome datos para la ampliación de esta “ya historia” del Teatro Moderno de Almadén.

L. M. Montes Oviedo
Ldo. Historia del Arte